La historia de Pago de Capellanes comienza en Pedrosa de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero burgalesa, en el mismo lugar donde los capellanes del pueblo cultivaban un pago de viñedo en la Edad Media. Hoy, bajo la dirección de Estefanía Rodero Villa, la bodega trabaja para preservar la tierra y cuidar una historia marcada por el paisaje, la tradición y un profundo respeto por la naturaleza del viñedo. Sus vinos reflejan este compromiso desde el equilibrio y la finura, destacando el valor y la identidad de los diferentes parajes que cultivan en Pedrosa y en otros pueblos de la Ribera del Duero.

En 2014, la inquietud por elaborar vinos blancos bajo la misma filosofía de Pago de Capellanes —expresivos, profundos, intensos y con capacidad para una larga guarda— los llevó a Galicia. Allí encontraron en la pequeña y tradicional zona de Valdeorras un territorio único de granito y pizarra, hogar de las viñas viejas de godello, cuya expresión más pura y auténtica capturaron. Así nació O Luar do Sil, la segunda bodega de la familia, donde continúa su legado de respeto y excelencia.